Un rancho adyacente a la base militar "Área 51" está a la venta
Un rancho adyacente a la infame base militar del Área 51 en Tikaboo Valley, Nevada, está en el mercado, pero solo los compradores con los bolsillos muy grandes podrán pagarlo.
Él mismo ha reconocido que es "inusual".
San Juan, 24 feb (EFE).- Las autoridades puertorriqueñas investigan el hallazgo de vacunas contra la covid-19 en una caja de cartón abandonada en Morovis, un municipio del interior de la isla caribeña, donde los responsables sanitarios confirmaron la presencia de nuevos casos de la variante británica.
Managua, 24 feb (EFE).- Un informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre la situación de Nicaragua reavivó este miércoles el clamor ante las violaciones denunciadas en el país, donde los organismos especializados tienen vetado el ingreso.
Rangún (Birmania), 24 feb (EFE).- Miles de personas volvieron este miércoles a tomar las calles de las principales ciudades de Birmania en una nueva jornada de protesta contra el golpe de Estado de la junta militar y contra la violencia policial que ha costado tres muertes, incluido un menor.
Estados Unidos ha quedado rezagado respecto a otras economías avanzadas en opciones de cuidado a la infancia, y corregir ese retraso podría ayudar a que más mujeres regresen al mercado laboral, dijo el miércoles el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.
Madrid, 23 feb (EFE).- La Comunidad de Madrid ha registrado este martes un aumento de los nuevos contagios de coronavirus, con 1.503 casos frente a los 351 reportados el día de ayer, pero se ha disminuido ligeramente la presión hospitalaria y el número de fallecidos que se cifran en 33, uno menos que el lunes.
Nueva York, 22 feb (EFE).- El gobernador del estado de Nueva Jersey, Phil Murphy, firmó este lunes tres leyes que en la práctica aprueban el uso recreativo de la marihuana en la región para mayores de 21 años más de 3 meses después de que los ciudadanos votaran contundentemente a favor de una enmienda constitucional para ello en las elecciones del pasado 3 de noviembre.
La tarta de queso desapareció sin previo aviso de la sección de Horno de Mercadona hace unas semanas y ahora ha vuelto
El diplomático se desplazaba en un convoy del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
Boceto de _El dormitorio en Arlés_ de Vincent van Gogh (octubre de 1888). Wikimedia Commons / Gogh Museum, AmsterdamEn los días siguientes a la muerte de un familiar querido volvemos a entrar en su casa, ahora vacía de su risas y caricias, mas llena de todo aquello entre lo que desenvolvía su vida. Fotografías, libros, sus tazas preferidas, la bisutería con la que se adornaba, el sillón que usaba para ver la tele. Las lágrimas nos invaden en nuestro recorrido por las habitaciones que nos eran tan familiares y ahora se han vuelto repentinamente extrañas. Lo que era un espacio común ahora no es sino un lugar de tristeza y recuerdo. Cuando las habitaciones se vacíen todo un mundo de remembranzas se irá con las cosas que fueron tan cercanas. El antropólogo y teórico de la ciencia Bruno Latour ha insistido en la hibridación entre cosas, espacios e identidad. Las colecciones, muestreos, amueblamientos, archivos y bibliotecas, museos, laboratorios, redes digitales y complejos de datos son condiciones que no están por encima ni por debajo del carácter social de las producciones culturales. En la cultura, los espacios, los artefactos y las comunidades se entrelazan de manera inseparable, constituyendo las varias formas de identidad que caracterizan nuestras trayectorias. Identidades epistémicas y estéticas. Identidades que permiten organizarse a los grupos sociales alrededor de signos y símbolos de afiliación, afinidades y lealtades. No hay cultura sin artefactos La cultura existe depositada en redes de artefactos. No hay cultura sin artefactos. Los artefactos no son medios o instrumentos de representaciones antecedentes, sino medios, o entornos, sin los que la cultura no puede crecer ni florecer. No hay religiones sin artefactos: ídolos, tótems, imágenes, mandamientos escritos en piedra, ritos, vestiduras, máscaras, cilicios, reclinatorios, cálices. No hay educación sin academias, estoas, pizarrones, bibliotecas, lapiceros. No son instrumentos: son estructuradores de posibilidades. La cultura contiene prácticas y símbolos edificados como sistemas de carácter inmaterial, pero los soportes materiales de tales sistemas simbólicos importan como importa lo constitutivo y no lo meramente accesorio o instrumental. Así como el cuerpo no es el instrumento ni el esclavo de la mente, tampoco lo son los artefactos. La pelota no es el instrumento del fútbol sino el constituyente de un juego que llamamos balompié. La vieja forma idealista de entender la cultura, como un mundo de significados en la cabeza, se asemeja al entrenador que enseñase a jugar al fútbol con tarjetas en las que apareciese la palabra o imagen “pelota”. Nichos de cultura material La cultura se organiza en contextos, dominios, disciplinas, áreas… La cultura material está constituida por nichos. La escritura abrió un nicho material al lenguaje objetivado; la materia pictórica a la imagen; la digitalidad a la hibridación de medios; la bio-info-robótica quizá esté ya constituyendo nuevos nichos culturales. Aún recuerdo clases de informática en la España medio pobre que no disponía de ordenadores en las escuelas e institutos, donde el profesor enseñaba lenguajes extraños en un pizarrón sin que los alumnos pudiesen experimentar esa tan particular experiencia de escribir comandos y ver sus resultados en la pantalla. El ordenador, entonces, no era un objeto sino un poblador de un sueño aún no realizado. El profundo túnel de nuestra memoria Se ha despertado una creciente atención a la dimensión material de la cultura que se originó en trabajos como los de Bourdieu en La distinción, Michel de Certeau en La invención de la vida cotidiana, o del antropólogo Daniel Miller en Culturas materiales y consumo de masas, además de los del ya citado Bruno Latour. Todos ellos han ido elaborando una mirada atenta a la cultura que nace en las fuentes de lo artificial. No es una mera moda o corriente o el prólogo a una nueva disciplina, sino todo lo contrario: el recordatorio de los más profundos túneles de nuestra memoria cultural. El hecho de que en nuestra historia se hayan dejado a un lado las cosas y los artefactos, considerados bien como meras herramientas, bien como objetos de consumo, por ello sometidos a las fuerzas del mercado, indica mucho sobre los orígenes de la cultura moderna. La falta de atención a lo material es el resultado de una trayectoria de ascesis que busca en el desprendimiento una redención de una supuesta condición de caída y pecado. Sin embargo, en el detenimiento con el que Certeau describe la cocina de los proletarios de Lyon o sus ritos en la mesa excava en la condición humana mucho más profundamente que todos los exámenes de la cultura de la conciencia. Redes que dan sentido a la existencia La cultura material está hecha de redes de artefactos y prácticas de uso que son el medio en el que la agencia humana se hace realidad. Las cosas se articulan entre sí y con las relaciones sociales que hacen posibles: no tienen existencia más que en el contexto de las relaciones con otros artefactos y con un complejo de instituciones. Estas redes forman contextos complejos que contribuyen a crear el sentido de la acción humana. Hanna Arendt habla de hacer de la Tierra un hogar, siempre que dejemos de considerar que los objetos son simples instrumentos funcionales. Esa trascendencia, sostiene Arendt, parece encontrarse exclusivamente en el arte y no en el mundo de las cosas funcionales. Pero aquí Arendt se equivoca. Las cosas raramente son exclusivamente funcionales en el mundo de los humanos. El más simple objeto de cocina entra en una compleja serie de relaciones con el usuario y de éste con el resto. Uno puede tener la manía de desayunar siempre con la misma taza, que lleva años con un pequeño desconchado y que todos le animan a tirar de una vez, pero el desayuno, responde, tendría algo de desasosegante sin ella. El viejo jersey que te pones al llegar a casa y que te indica que has entrado en un espacio propio lejos del jefe y las obligaciones de vestimenta a la moda que exige tu trabajo, una vieja prenda de la que conoces su biografía porque está entrelazada con la tuya. Incluso el consumista compulsivo, que almacena o cambia cada poco de gadgets y ropa, lo hace precisamente porque la adquisición parece aliviarle una permanente ansiedad e insatisfacción. La mercancía expuesta en el escaparate tiene algo más que valor de uso o valor de cambio: está rodeada de algo parecido al aura que Walter Benjamin encontraba en las obras de arte. Es un productor de deseo que activa las emociones y sueños del consumidor, pero no como simple consumidor sino como ser que desea, como habitante, quizás bajo condición de malestar, que busca un lugar en el mundo. Las cosas dicen de nosotros lo que somos tanto como nuestros actos. Este artículo se basa en la investigación para el libro Espacios de intimidad y cultura material de Fernando Broncano Rodríguez. Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original. Fernando Broncano Rodríguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.
Madrid, 23 feb (EFE).- El portavoz de PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha justificado la ausencia de su partido del acto del Congreso que conmemora el fracaso del 40 aniversario del 23F por la bruma que existe sobre lo ocurrido ese día y la negativa a reformar la ley de secretos oficiales para que se conozca qué pasó realmente.
C3 AI (NYSE: AI), proveedor líder de software de inteligencia artificial (Artificial Intelligence, AI) empresarial, se presentará en los siguientes eventos para la comunidad financiera:
24 feb (Reuters) - Grenergy informó el miércoles que durante el ejercicio 2020 su resultado neto registró un aumento del 32% con respecto al año anterior, impulsado sobre todo por los resultados de la división desarrollo y construcción.El resultado neto de Grenergy durante el ejercicio fue de 15,1 millones de euros, beneficiándose del efecto positivo de la ejecución de varios proyectos en Chile, Perú, Argentina y México y el avance en la construcción de varios proyectos en España, Chile y Colombia, según dijo en una nota a la CNMV.
En comparación con las costumbres orientales, los padres occidentales tienen algunas ideas inusuales sobre cómo criar a los bebés. Y algunas de ellas muy establecidas no son tan viejas como se creen.
HONG KONG/LONDRES, 23 feb (Reuters) - HSBC Holdings PLC abandonó el martes su objetivo de rentabilidad a largo plazo y desveló una estrategia revisada centrada principalmente en la gestión de patrimonio en Asia, después de que el impacto de la pandemia hiciera caer bruscamente sus beneficios anuales.Tras culpar al entorno de bajas tasas de interés y las duras condiciones del mercado, HSBC abandonó su objetivo de lograr una rentabilidad sobre el capital tangible de entre el 10 y el 12%, y dijo que, en su lugar, aspirará al 10% a medio plazo.
Shutterstock / petovargaVivimos un tanto desconcertados ante la inesperada situación que nos está haciendo vivir el virus SARS-CoV-2. Pero lo cierto es que lo que nos sucede ahora no es tan raro como parece. Las epidemias han estado presentes en nuestra historia desde, al menos, el 10.000 AC, cuando dejamos de ser nómadas cazadores-recolectores y nos volvimos sedentarios, agricultores y ganaderos. Desde ese momento, el contacto estrecho y sostenido con animales propició los saltos de agentes infecciosos a los humanos. Y empezamos a sufrir periódicamente epidemias y pandemias. Tres epidemias de peste seguidas (430-427 AC) determinaron la guerra del Peloponeso entre griegos y persas, acabando con la Atenas de Pericles. La viruela desencadenó en el año 165 la caída del Imperio Romano. En el siglo XIV, y en apenas seis años (1347-1353), la peste afectó a Eurasia y mató a uno de cada tres europeos. Y solo un siglo más tarde, en 1521, la viruela fue el arma decisiva que permitió a Hernán Cortes vencer al Imperio azteca con poco más de 500 hombres. Puede parecer innecesario recordar esto en 2021. Pero la realidad es que, a pesar de la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones, de la disponibilidad de medicamentos y vacunas y de los avances científicos de los últimos dos siglos, la guerra contra las enfermedades transmisibles sigue abierta, especialmente aquellas con potencial epidémico. Es más, no solo no se ha ganado esta lucha sino que vuelve a comprometer gravemente la salud, la economía, el funcionamiento social y el nivel de desarrollo, a escala global. Este texto es una reflexión sobre tres elementos indisociables del fenómeno epidémico tomando como ejemplo la actual pandemia de COVID-19: sus dimensiones política, social y científico-técnica. La dimensión política No es necesario leer el magnifico “Epidemias y poder” (1997) de Sheldon Watts para entender que, no solo en el pasado, sino también ahora en la pandemia de COVID-19, las dimensiones política y geoestratégica han determinado las intervenciones de Salud Pública a nivel global. En el caso del COVID-19, los dos grandes beneficiados sin duda han sido los actores políticos, particularmente China y Rusia, y las grandes compañías farmacéuticas. Los primeros han hallado un potente mecanismo de expansión geoestratégica. Los segundos, un nuevo nicho de mercado que venía languideciendo (las vacunas nunca han sido una prioridad para gran parte de las farmacéuticas) y sin embargo acaba de proporcionarles los mayores contratos de compra de la historia de la industria farmacéutica. Los Estados han sido impotentes ante esas dos circunstancias. Lo han sido incluso organismos multilaterales como la Organización Mundial de la Salud con su ya tradicionalmente escasa capacidad de maniobra y sus erráticos criterios técnicos. A escala regional, la pobre respuesta de la Unión Europea y su aceptación de contratos de suministro de vacunas opacos y “a manos atadas” lo han puesto de manifiesto. Es evidente que urgen dos cambios esenciales: Poner en marcha una política común europea de Salud Pública que incluya que el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) deje de ser un organismo consultivo de la Comisión Europea y se transforme en autoridad sanitaria; Crear una estructura pública europea de desarrollo y producción de vacunas que permita eludir el mercado cautivo de las grandes multinacionales farmacéuticas. En España, el contexto político también ha sido uno de los elementos más limitantes de una gestión adecuada de la pandemia. La soledad del Gobierno y su escasa capacidad para aunar esfuerzos entre actores políticos han imposibilitado contar con un marco legal adecuado de medidas en salud pública que era absolutamente necesario para gestionar bien la pandemia y evitar la deriva hacia los tribunales de las medidas de prevención y control adoptadas. La dimensión social Hace casi dos siglos que Rudolf Virchow (1821-1902), uno de los padres de la Medicina Social, escribió que “las epidemias son fenómenos sociales que tienen algunos aspectos médicos” y que, por tanto, “los defectos de la sociedad forman una condición necesaria para su aparición” (las cursivas son mías). Virchow también podría haber dicho que las epidemias no se pueden controlar en contra de la población. Es decir, solo con medidas verticales que no tengan suficiente aceptación ciudadana. Esa aceptación, y la participación activa de la población, son elementos cruciales para lograr una adherencia a las medidas de prevención y control propuestas. En otras palabras, es preciso convencer a las personas de que las medidas dictadas son coherentes, proporcionadas y emanan de una autoridad sanitaria con suficiente credibilidad. La participación comunitaria, un elemento esencial en el control epidémico, así como una comunicación transparente, han sido elementos claramente deficientes en nuestro caso. La dimensión científico-técnica Probablemente ninguna otra intervención anterior reciente en Salud Pública haya mostrado de forma tan visible la desnaturalización de la dimensión científico-técnica de las intervenciones por parte del establishment político. En nuestro país varios ejemplos lo evidencian. El primero ha sido la resistencia a tomar decisiones basadas en asesoramiento científico independiente, transparencia y rendición de cuentas tras una evaluación externa. El rechazo a crear comités de verdaderos expertos en Epidemiología que priorizaran acciones basadas en la evidencia de resultados ha sido, y aún es, numantino por parte del Gobierno. Y una de sus consecuencias ha sido una intervención errática con un catálogo prolijo de medidas que han confundido a la población y minado su adherencia al cumplimiento. Otro ejemplo ha sido el uso perverso del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, un organismo eminentemente consultivo y de coordinación, para dar autenticidad y sostener decisiones por votación, y no en base a elementos científicos. La interferencia política ha sido posible y exitosa, todo hay que decirlo, por el hecho de que nuestro Sistema Nacional de Salud se ha construido con un carácter eminentemente asistencial y escasamente preventivista. Esta estrategia reactiva y no proactiva ha hecho que los problemas se hayan abordado a medida que aparecían y su consecuencia ha sido un estado continuo y creciente de tensión del sistema sanitario y de sus profesionales. Mirando al futuro Las emergencias epidémicas debidas a agentes infecciosos emergentes (nuevos) o re-emergentes van a seguir produciéndose periódicamente. De hecho su frecuencia se ha triplicado en las últimas décadas por factores bien conocidos como son el cambio climático, la degradación y apertura de ciertos ecosistemas como los bosques húmedos tropicales o el aumento del tránsito de personas y mercancías a nivel global. Las dimensiones política, social y científico-técnica han mostrado ser elementos determinantes del éxito en el control epidémico y deben ser consideradas en todo su valor. Si Virchow levantara la cabeza bien podría decir ahora que las epidemias no se podrán controlar sólo con vacunas. Suponiendo que estas estuviesen disponibles en cantidades suficientes y fuesen accesibles económica y técnicamente a nivel global…Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original. Pedro Arcos González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.
Nairobi, 23 feb (EFE).- Más de 150 países han acordado apoyar una estrategia global para combatir en los próximos años la "triple crisis" ambiental que sufre la Tierra, informó hoy la presidencia de la V Asamblea de la ONU para el Medioambiente (UNEA-5).
El escenario económico en ambos lados del Atlántico ya no se ve tan turbio en los foros de bolsa. Las recomendaciones de los expertos y las carteras de los grandes inversores vislumbran una luz al final del túnel de la crisis del covid-19.
Shutterstock / KzenonEl miedo a que el final de la vida se pueda asociar a un sufrimiento intolerable o refractario es algo que está presente en la sociedad. Y, más allá del miedo, el deseo de morir sin sufrimiento es algo legítimo que, por suerte, tiene una respuesta médica eficaz en lo que conocemos como sedación paliativa, una sedación que no tiene relación con la eutanasia. Este artículo resume dos trabajos científicos que revisan cómo se practica la sedación paliativa en Europa en estudios prospectivos y qué criterios sirven para valorar la calidad de la sedación. Estos trabajos han sido la base de un documento de consenso sobre el marco conceptual y la terminología de la sedación paliativa al final de la vida, que se enmarca en un proyecto de la Unión Europea, y en el que participan grupos de investigación de Alemania, Bélgica, España, Holanda, Hungría, Italia y Reino Unido. ¿Qué es la sedación paliativa? La sedación paliativa es una intervención médica destinada a aliviar el “sufrimiento refractario” al final de la vida. Lo consigue mediante el empleo proporcional y controlado de fármacos destinados a reducir la conciencia del paciente. Esta sedación paliativa puede ser continua o intermitente, profunda o ligera. Es decir, una sedación paliativa no siempre exige que el paciente esté profundamente dormido: puede estar adormilado y también puede aplicarse durante un tiempo concreto si con ello se consigue un alivio adecuado si de esa manera el enfermo se alivia. Pero en general la sedación que se aplica es profunda, continua y mantenida para aliviar el sufrimiento hasta que el paciente fallece. De hecho, el contexto clínico de una sedación paliativa es siempre el final de la vida y las guías clínicas sugieren como condición que se considere un pronóstico -y, por tanto, una duración de la sedación- inferior a dos semanas. El objetivo de la sedación paliativa es aliviar, de modo que esta sedación debe ser siempre proporcional al alivio necesario. Esta sedación paliativa es diferente de la somnolencia que producen algunos fármacos que se usan para que el paciente descanse o para tratar su ansiedad o como efecto secundario de analgésicos como morfina y sus derivados. La sedación paliativa no es un medio para acelerar la muerte del paciente, ni una práctica dirigida a cumplir un deseo de no estar consciente al llegar el final de la vida sin que se padezcan síntomas refractarios o una angustia severa. Tampoco se emplea la sedación para aliviar el dolor de los familiares o la carga de trabajo o la ansiedad de los cuidadores ¿Qué es el “sufrimiento refractario”? Para considerar una sedación paliativa, los miembros de un equipo asistencial deben haber llegado a la convicción de que no hay otras opciones de tratamiento que puedan proporcionar un alivio adecuado en un tiempo razonable y sin efectos adversos inaceptables. Encontrar el rango de tiempo aceptable es algo compartido entre el equipo y el paciente. Es preciso que este equipo tenga experiencia en cuidados paliativos y que haya realizado una evaluación multidimensional de la situación. De hecho, con frecuencia, el paciente alcanza un alivio adecuado gracias a la atención y las medidas de este equipo experto. En la capacidad de alcanzar este alivio influye también la tolerancia al sufrimiento, algo que depende de factores personales, sociales y culturales. Esta tolerancia al dolor o al sufrimiento influye también en las preferencias y el deseo del enfermo. La sedación paliativa se emplea cuando se considera que es el único recurso disponible para aliviar la situación del paciente. En este contexto, sufrimiento refractario es el que no puede ser aliviado con el trabajo de un equipo experto en de cuidados paliativos multidisciplinario en un tiempo suficiente. La noción de refractariedad se puede aplicar a un solo síntoma o, más habitualmente, a un conjunto de síntomas que el paciente experimenta como insoportable. ¿Quién decide sobre la condición de intolerabilidad? La decisión de llevar a cabo una sedación paliativa supone un proceso conjunto de toma de decisiones compartido entre el paciente y un equipo experto en cuidados paliativos. En cierto modo, es el paciente el que determina que el problema es intolerable y el equipo el que determina que es refractario. ¿Qué síntomas suelen estar implicados en lo que se ha llamado sufrimiento refractario? En el final de la vida hay síntomas o situaciones que pueden ser potencialmente refractarios como el delirio (delirio agitado), la disnea, el dolor, los vómitos continuos, las convulsiones… Algunas de ellas pueden presentarse con auténticas emergencias. Es el caso de hemorragias masivas, dificultad respiratoria terminal o crisis de dolor que suelen requerir una sedación paliativa urgente. ¿Cómo evaluar la eficacia de la sedación paliativa? El modo de evaluar la eficacia de la sedación paliativa es la calidad del confort referido por el paciente o, si no es posible, la profundidad de la sedación y el grado de tranquilidad que se percibe en el enfermo. Existen cuestionarios y escalas objetivas que valoran el grado de malestar incluso de una persona que no se puede expresar, para ello se centran en la expresión del rostro, la tranquilidad de la respiración o el nivel de relajación. En resumen, los profesionales se centran en el alivio y en el nivel de confort del enfermo que va a fallecer. El “sufrimiento existencial” como situación excepcional para sedación paliativa Los cuidados paliativos se ocupan también de la dimensión existencial del sufrimiento. Este sufrimiento existencial puede presentarse como pérdida de sentido y de propósito en la vida, miedo a la muerte, impotencia, desesperanza y desesperación, percepción de pérdida de la dignidad, sensación de abandono o simplemente sentirse como una carga para los demás. Esto en sí mismo no sólo ocurre en las enfermedades terminales, pero puede expresarse con mucha más fuerza cuando una persona enfrenta el final de la vida. Sin embargo, solo en casos excepcionales el sufrimiento existencial aparece como razón única para la sedación paliativa. Son mucho más frecuentes los casos en los que este sufrimiento es una parte (reforzadora) de la refractariedad. La refractariedad del sufrimiento existencial es más difícil de establecer por su evolución dinámica, por la ausencia de medios de medida estandarizados y porque también se puede presentar en fases no finales de la enfermedad en las que la sedación paliativa no se considera un tratamiento adecuado. Pero su principal problema es que el sufrimiento existencial va más allá de lo médico e involucra aspectos personales, culturales o religiosos que agregan significado a la vida. Para plantear la sedación paliativa en un sufrimiento existencial deberían cumplirse varias condiciones como: que aparezca en el contexto de una enfermedad avanzada terminal, que se pueda considerar refractario tras ser evaluado de manera repetida por un equipo multidisciplinario, que además de experiencia clínica incluya un perfil psicosocial y espiritual, que en la decisión participen los familiares y/o los cuidadores profesionales. Además, en caso de sufrimiento existencial la primera opción debería ser la sedación intermitente en lugar de la sedación profunda continua. Y, en todo caso, la sedación paliativa por sufrimiento existencial no debe emplearse para acortar deliberadamente la vida a petición del paciente. En conclusión La medicina paliativa es la ciencia del alivio del sufrimiento intenso provocado por las enfermedades graves. Si el sufrimiento llegara a ser insoportable para el paciente terminal, lo adecuado, lo ético, lo médico… es aliviar con un medio proporcionado como es la sedación paliativa. Los profesionales deben tener conocimientos en cuidados paliativos, entre ellos los que corresponden a la práctica de la sedación paliativa. El gobernante y el legislador tienen obligación de facilitar cuidados paliativos para todos los que lo necesitan.Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original. Carlos Centeno es miembro de Sociedad Europea de Cuidados Paliativos -EAPC-, Sociedad Española de Cuidados Paliativos -SECPAL- y Academia Pontificia de la Vida -PAV-.
México, 23 feb (EFE).- El plan de vacunación continúa en México con la aplicación de más de 1,7 millones de antídotos hasta la fecha y la llegada inminente de más dosis, aunque la ilusión se mezcla con algunos errores logísticos y la desesperación de quienes ya han perdido a algún familiar y claman por agilizar el proceso.