La muñeca Chochona es historia de España pero nunca llegó a venderse
En miles de hogares españoles, quizá olvidada en algún rincón o por el contrario guardada como un tesoro, aún se encuentra una vieja muñeca con cuerpo de trapo, cabeza de plástico y pelo de lana con aspecto de fregona.
Hablamos, por supuesto, de la Chochona: no hay infancia de los 80 sin ella y a pesar de que todo el mundo tuvo una, nadie la compró. Y es que esta peculiar muñeca nunca se comercializó: para hacerse con una había que acudir a la feria y tener un poquito de suerte.
Todavía hoy las ferias veraniegas recorren los pueblos de la geografía española con sus atracciones, sus coches de choque, su música estridente y su algodón de azúcar. Aunque ahora las casetas y las copas sean el aliciente para muchos, hubo un tiempo en que las grandes protagonistas de las ferias populares eran las tómbolas.
Las tómbolas congregaban a hordas de niños ilusionados por ver su boleto agraciado. Todos los días se repartían decenas de premios en sorteos que se celebraban cada cuarto de hora: juguetes lo suficientemente vistosos para atraer al público y lo suficientemente baratos para que el negocio saliera rentable. Los más célebres, sin duda, el perrito piloto -¡qué alegría, qué alboroto!- y la muñeca Chochona.
Esta peculiar muñeca de dudoso gusto empezó a figurar en los tenderetes de feria y acabó causando furor en toda España gracias a Manuel Fernández, alias “Manolo el Loco”, propietario de la popular tómbola del Cubo. A Manolo se le ocurrió bautizar a la muñeca como Chochona y acuñó el eslogan “y otra y otra y otra muñeca Chochona” que acabó haciéndose omnipresente en todas las tómbolas.
El querido Manolo pasó a mejor vida en 2010, pero su legado perdura en la memoria de miles de adultos que vuelven a ser niños cuando rememoran con una sonrisa aquellas tardes de feria que tanta diversión les proporcionaron. ¿Te gustaría hacerte con una de ellas? Estás a tiempo: en Internet hay todo un mercado de coleccionistas que compran y venden diferentes modelos de la muñeca más fea y más querida de nuestra infancia.
VÍDEO | La perturbadora isla de las muñecas en la que nadie se atreve a pasar una noche