Hay que sufrirlo para entenderlo: la costumbre de ir al psicólogo por recibir insultos, vejaciones y amenazas en las redes sociales
Todos los días.
Decenas de mensajes. No estamos hablando de críticas, ni de razonamientos negativos educados, sino de insultos, y vejaciones y amenazas.
Aunque no quiera verlos, ahí están. Cada vez que ella abre las redes sociales. Cada vez que entra en Twitter. O Instagram. O Facebook.
Aunque no quiera, van minando la confianza que tiene en sí misma. Cada día.
La actriz, directora y guionista Leticia Dolera lo acaba de confesar en un programa de televisión. Le preguntan por los trolls de internet, y contesta esto.
"He ido a terapia. Y la seguridad social debería cubrir los tratamientos de salud mental", confiesa @LeticiaDolera después de todos los comentarios que ha tenido que ver en redes #SyCSpoiler @la2_tve pic.twitter.com/w3eHGDxCNQ
— Sánchez y Carbonell (@SyC) February 20, 2020
“He tenido que ir a terapia (por culpa de los trolls de las redes sociales)”, confiesa Leticia Dolera.
Y yo la entiendo perfectamente.
Porque hay que sufrirlo para entenderlo.
Son odiadores compulsivos. Gente que parece normal en la calle, en su familia, en el trabajo, pero que tienen una cara oculta vomitando bilis. Personas que utilizan las redes sociales para insultar, amenazar, agredir verbalmente. Cobardes de mierda que se ocultan tras un móvil para vejar a personas famosas.
Hay que hacer un enorme esfuerzo mental para no escucharlos. Es muy, muy difícil, que no te afecte. Al final, a base de disgustos, entiendes que esas personas son pobres desgraciados que se sienten unos infelices en su vida. Pero, sobre todo, entiendes que no debes dejar que tengan poder sobre ti.
Porque, al final, es tremendo que esa gente tenga tanto poder sobre ti como para herirte todos los días.
Y están ahí. Ocultos tras máscaras de personas normales. Sin que su entorno sepa lo que son y lo que hacen.
Sería fantástico que todos los insultos, las amenazas y las vejaciones que publican se replicaran en su propio perfil, para que la gente que comparte la vida con ellos supiera quienes son realmente.
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