El enemigo anónimo y misterioso que quiere cargarse a Ada Colau
Ada Colau tendrá que declarar el próximo 4 de marzo en calidad de investigada por los presuntos delitos de prevaricación, fraude en la contratación, malversación, tráfico de influencias y negociaciones prohibidas a funcionario público por supuestas subvenciones a entidades consideradas afines a las siglas políticas en las que milita.
Parece un momento crítico en la trayectoria de la alcaldesa de Barcelona, pero lo cierto es que apenas tendrá que prepararse la declaración, puesto que ya hizo algo similar en 2020 cuando recibió una primera querella casi idéntica que, finalmente, quedó en nada. Como las 10 anteriores.
Desde el equipo de la alcaldesa han reconocido la "perplejidad" más absoluta al haber conocido la existencia de esta investigación, así como de la citación, a través de los medios de comunicación. "Yo no había recibido ninguna notificación", ha manifestado Colau, quien se muestra sorprendida por el hecho de que se vuelva a reabrir una causa por unos hechos ya "archivados por Fiscalía".
Pregunta seria: ¿sabemos si la Asociación para la Transparencia y la Calidad Democratica que denuncia a Colau es algo serio, o es un rollo tipo "abogados ultras cristianos" o "abogados fachas por la constitución"? Es por valorar la credibilidad de la denuncia. No todo vale.
— Manuel García (@Candeliano) January 19, 2022
En efecto, el juzgado de instrucción 21 de Barcelona ha aceptado a trámite la querella de la Asociación por la Transparencia y la Calidad Democrática. Un organismo que no cumple con lo que pregona su nombre y sobre el que no hay más que incógnitas dado que se trata de una entidad desconocida, de carácter anónimo y por la que nadie ha dado la cara hasta la fecha siendo imposible para la prensa dar con alguno de sus supuestos representantes.
El secretismo es tal que la prensa, que es quien ha informado de la citación a Colau, se enteró de ella mediante una nota de prensa enviado por correo electrónico sin ninguna otra seña por la cual abrir un canal de comunicación.
Esa falta de transparencia, precisamente, la está utilizando Colau a su favor para evitar su cese. El código ético de los comunes fija que los cargos públicos deben cesar al ser imputados. Pero al no haber recibido ninguna notificación al respecto, y al tratarse de una causa que ya fue archivada, a la alcaldesa de Barcelona le parece "fuera de lugar plantear cualquier cese".
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