La otra derrota de los candidatos menos votados en Francia: pagar la campaña
Este pasado 10 de abril Francia celebró la primera vuelta de sus elecciones presidenciales. Una contienda en la que Emmanuel Macron y Marine Le Pen fueron los más votados y pasan a la segunda ronda del próximo día 24. Será en esta cita en la que se dirimirá quién ocupará el Elíseo durante los siguientes cinco años.
Al mismo tiempo, el resto de candidaturas, entre ellas las de los dos partidos históricos de Francia, republicanos y socialistas, fueron eliminadas y la mayoría de ellas ahora se enfrentan a una difícil situación: hacer frente a casi todos los gastos derivados de la campaña electoral.
La financiación de este proceso está muy regulada en el país galo y establece que el Estado reembolsará el 47,5% del límite máximo de los gastos de los candidatos. Pero todos ellos deben cumplir un requisito trascendental: alcanzar el 5% de los votos en las elecciones.
Y no hay más que mirar los resultados de esta primera vuelta para darse cuenta de que solo cuatro de ellos podrán acogerse a este reembolso. Son Emmanuel Macron (27,8%), Marine Le Pen (23,1), Jean-Luc Mélenchon (21,9%) y Eric Zemmour (7%). Al resto les va a tocar pasar por caja.
#EuropaEnJuego… Viendo los resultados definitivos de la primera vuelta presidencial en Francia es evidente el descontento ante unas élites que sólo mantienen la “ficción europea” para unos pocos. Y la arrogancia puede ser castigada con mayor soberbia… https://t.co/4Y9iY1iMSg pic.twitter.com/zntIA6GuZ5
— Abelardo Sanabria =^_^= (@El_Disidente_) April 12, 2022
Se trata de casi una decena de candidaturas, entre ellas varias con solera, como la de Valérie Pécresse (Los Republicanos) o Anne Hildalgo (Partido Socialista). Estas dos formaciones en el año 2012 acumularon el 55% de los votos en primera ronda y solo una década después ni siquiera llegan al 7%.
Los resultados electorales ahora les obligan a todos ellos a pagar la mayor parte de su campaña, a excepción de un 4,75% del límite máximo. Este estaba fijado para las elecciones de 2022 en 16.851.000 euros para los contendientes en primera vuelta y 22.509.000 euros para los presentes en la segunda, esto es, Macron y Le Pen.
Esto significa un importante agujero financiero para todos aquellos que no han superado el 5%. Además de los malos resultados, el sistema obliga a pagar la cuenta y, por ejemplo, Pécresse ya ha levantado la voz de alarma y ha pedido donaciones.
"Los resultados no nos permiten recibir el reembolso del Estado. La situación es crítica y nos faltan 7 millones de euros, incluyendo 5 millones con los que me endeudé personalmente. Hago un llamamiento nacional para donaciones. De ello depende la supervivencia de la derecha republicana", escribió en su cuenta de Twitter.
Les résultats ne nous permettent pas d’être remboursés par l’État. La situation est critique et il nous manque 7M€, dont 5M€ que j’ai emprunté à titre personnel.
Je lance un appel national aux dons. Il en va de la survie de la droite républicaine. ⤵️ https://t.co/iIbiEkZ22z pic.twitter.com/VlxfjjWr8V— Valérie Pécresse (@vpecresse) April 11, 2022
Más allá del reembolso que pueda venir del Estado, la financiación de los candidatos debe proceder de fondos privados, en particular de los propios partidos y de las donaciones de particulares. Estas últimas tienen una cuantía máxima de 4.600 euros al año por persona. En lo que se refiere a las empresas, ya no están autorizadas a realizar donaciones a los candidatos.
Los préstamos también están muy controlados y solo se permiten aquellos que se hagan por partidos políticos o bancos cuya sede central se encuentre en el espacio económico europeo. Esto se hace para evitar injerencias extranjeras en la financiación de la campaña.
Todas las campañas deberán llevar una cuenta de gastos que se presentará a la Comisión Nacional de Cuentas de Campaña y Financiamientos Políticos en los dos meses posteriores a los comicios. Este organismo está encargado de velar por el respeto al límite de gasto. Si se observan infracciones, hay sanciones económicas y penales, tal y como cuenta France 24.
Así pues, a todas las formaciones que no han llegado al 5%, ahora les toca buscar el dinero para cubrir el quebradero económico que ha dejado la campaña. Mientras tanto, Macron y Le Pen tratan de convencer a los indecisos y a los votantes de otras formaciones para vencer en la segunda vuelta.
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