La cara de Mark Zuckerberg y otros guiños del videoclip de 'Ay, mamá' de Rigoberta Bandini
Rigoberta Bandini en el videoclip de 'Ay, mamá'. (Photo: YouTube)
No había día más apropiado que el Día de la madre para que Rigoberta Bandini estrenase el videoclip de su tema Ay, mamá. La catalana, que era una de las favoritas para ganar el Benidorm Fest, ha hecho de su canción un himno a la maternidad y a la liberación de los pechos femeninos.
El éxito que había cosechado Bandini —que logró en Spotify casi 8 millones de reproducciones apenas una semana después del festival— se ha repetido con el clip del tema, que ha sido calificado como “obra de arte” por muchos seguidores.
En él hay guiños y referencias de todo tipo, desde los pechos de las mujeres en la historia del arte —y no solo con el cuadro de Delacroix—, a la propia familia y referentes de Bandini a la censura a los pechos en redes sociales. Estos son algunos de ellos:
El círculo familiar y sus referencias personales
Paula Ribó empieza el videoclip sentada en el suelo componiendo la canción en una sala contigua a la que su hijo duerme. Cuando empieza el tema, desde un plano cenital se ven las imágenes y las ilustraciones que incluye. Entre ellas está una foto de su madre, fumando igual que ella. Mirándola a ella, a modo de dedicatoria, empieza la canción.
Foto de la madre de Rigoberta Bandini en el videoclip de 'Ay, mamá'. (Photo: YouTube)
Sin embargo en el plano más amplio se ven otros referentes. La historiadora del arte Clara González destaca en un hilo de Twitter que incluya una ilustración de la diosa hinduista Durga, que se representa sobre un felino como “diosa madre del universo”.
A su derecha, sobre un montón de ilustraciones redondas, destaca una más grande y de forma rectangular.
Se trata de una ilustración de la diosa hinduista Durga, una de las formas que toma la diosa madre del universo y que a menudo aparece sobre un felino. Una diosa empoderada. pic.twitter.com/hl48n2pCPn— Clara González Freyre de Andrade (@Claramore_) May 1, 2022
También incluye la carta de La Emperatriz del Tarot de Marsella, que incluyó como portada del single en el momento de su lanzamiento. González destaca también una imagen del cuadro Betsabé con la carta de David, de Rembrandt, en la que además de mostrar los pechos femeninos se plasmaban algunos síntomas de lo que podía ser el cáncer de mama.
Y es que lo más interesante de esta obra, se encuentra en sus pechos. Esto os aseguro que no va para nada por lo sexual, ya que Rembrandt representó algunos síntomas claros de lo que podría ser cáncer de mama, como los bultos de la axila o los pliegues de la piel del pecho. pic.twitter.com/SPcUFIoiVA
— Clara González Freyre de Andrade (@Claramore_) May 1, 2022
Tetas en la historia del arte
Tras esto, se abre una cúpula con numerosos cuadros femeninos con pechos que van desde Julio Romero de Torres y varias representaciones de La Virgen de la Leche. Todo iluminado por una luz como simbología del origen del mundo que recuerda a la apertura del Panteón de Agripa.
A lo largo de todo el vídeo, aparecen detalles de obras con alusiones directas a la feminidad, el pecho y la maternidad. Ponerme a analizar todas ellas sería eterno, pero lo que más mola es esta cúpula, que tiene la mano de artistas de la talla de Julio Romero de Torres. pic.twitter.com/RPFbLbKytK
— Clara González Freyre de Andrade (@Claramore_) May 1, 2022
De la prehistoria a la representación de la virginidad
Tras esto, el videoclip continúa con distintas representaciones de la maternidad. Desde un punto de vista más sexual y primitivo con ella y las bailarinas desnudas embadurnadas en tierra —como también hace Rosalía en Hentai— como símbolo de la sexualidad.
De ahí pasa a una visión más futurista y distópica donde domina el blanco —color de la puerza y la virginidad— en la que ella y sus bailarinas se visten con unas túnicas blancas que metaforizan el himen, una representación que también se hace en uno de los cuadros de transición del vídeo, tal y como indica González.
Y además, dio nombre al himen, que está directamente relacionado con la virginidad. Así que todo parece indicar que la obra está muy pensada teniendo en cuenta que lo que vemos después es justamente esto: el estereotipo de mujer virginal, vestida de blanco. Y más tarde, de madre. pic.twitter.com/pLlMnpXJ33
— Clara González Freyre de Andrade (@Claramore_) May 1, 2022
El poder de la sexualidad a base de rayo láser
Después de mostrar a varias madres con sus bebés, Rigoberta y las bailarinas se convierten en una especie de androide con tetas láser que recuerdan a Afrodita, novia de Mazinger Z.
Un láser que sale desde la entrepierna de Bandini se convierte en el clásico icono feminista de la vulva representado con dos manos juntas.
Fotograma del videoclip de 'Ay, mamá' de Rigoberta Bandini. (Photo: YouTube)
Ese túnel, como una especie de viaje del espermatozoide hacia el óvulo, acaba con una Rigoberta flotando en CGI como germen de la vida. De ahí pasa a la escena inicial, como si todo se hubiera tratado de un sueño y ella siguiera componiendo en el estudio.
Como colofón final una teta gigante, similar a la presentada en el Benidorm Fest, destruye con láser a una esfinge con la cara de Mark Zuckerberg y el símbolo de Meta como metáfora de la censura al pezón femenino en esta red social.
Y el otro momentazo del clip de Ay Mamá, contra la censura de Meta 🤯 pic.twitter.com/956aZmwERz
— o Manu lercho 🛰️ (@JonacheMM) May 1, 2022
Este artículo apareció originalmente en El HuffPost y ha sido actualizado.